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viernes, 4 de noviembre de 2016

Disciplina Inteligente vs Disciplina Neurótica


Podrás preguntarte qué tiene de peligroso dar premios y pareciera que no mucho, pero desde la perspectiva de la Disciplina Inteligente, los premios y los castigos son como un “cáncer para la educación” ya que son las dos caras de una moneda que condiciona la conducta.
Por un lado, el premio condiciona el buen comportamiento a cambio de algo; le quitan el valor a las acciones positivas al poner mayor importancia en el premio mismo; hace perder la motivación interna de los niños; hace perder el significado educativo a la buena conducta, convirtiéndola en una variante de “soborno”.
Los premios están ligados invariablemente a los castigos, éstos son la otra cara de la moneda y son tanto o más dañinos que los premios para la educación ya que no remedian un problema pero sí hieren; no cambian a los niños, tan sólo los atemorizan;  generan doble moral e hipocresía; barren con la responsabilidad dando entrada a la culpabilidad; generan remordimiento y, al contrario de lo que pudiéramos pensar, refuerzan el seguir actuando destructivamente.

PREMIOS vs CASTIGOS.

Los premios y castigos funcionan para modificar una conducta inaceptable pero no forman en valores. En otras palabras, estamos comprando la buena conducta de los niños y jóvenes, las monedas de cambio son privilegios.
Utilizar el mecanismo de los premios y los castigos desarrolla personas irresponsables, con una doble moral e impide que los maestros dimensionen correctamente la conducta inaceptable de sus alumnos, propiciando reacciones exageradas ante actos intrascendentes.
Premiar una acción dada, establece que dicha acción no tiene valor por sí  misma. El mensaje es: el premio es más importante que la propia conducta premiada.
La alternativa que la Disciplina Inteligente ofrece ante los premios es el reconocimiento tanto verbal como afectivo, si tus alumnos están teniendo conductas positivas es justo que se le reconozcan, no lo dejes pasar inadvertido pero tampoco confundas el reconocimiento con la adulación o la felicitación exagerada y ansiosa. Exprésalo de manera simple, pero sincera y oportuna.

Existen diferentes posibilidades para resolver los problemas sin tener que ejercer un castigo, por ejemplo: señalar una forma de ser útil, expresar una enérgica desaprobación pero sin atacar el carácter del niño, indicar lo que se espera de él, demostrar cómo cumplir en forma satisfactoria, ofrecerle una opción y permitir que experimente las consecuencias de sus actos, estas consecuencias deben ser acciones orientadas a resarcir y reparar el daño causado.

Comportamiento Inadecuado. Leer más...

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